Uno escribe para que quede bonito, para jugar. Se te aparecen de repente dos o tres o veinticinco palabras que al juntarse suenan bien y las pones en un papel. Porque sí. Por el gusto de ponerlas.
La poesía, la literatura, bien miradas lo más probable es que no sirvan para nada, si no es para divertirse. A lo sumo tienen un valor terapéutico, algo como pegarle patadas a un balón y quedarse más tranquilo luego, cuando no –quizá en la mayoría de los casos- es un alimentar tremendamente la vanidad; requisito indispensable para, como Narciso, ahogarse en su reflejo.
Del compromiso social del escritor no me creo nada; el compromiso es como ciudadano, o mejor dicho como ser humano que además riman. Y ahí, en el terreno del compromiso, a menudo, las palabras también quedan bonitas al juntarse…
Y como los juegos resultan más divertidos hacerlos entre muchos, pues nos hemos juntado, quiero decir los que nos juntamos y cuando nos juntamos porque casi siempre falta alguno o todos. Para jugar a lo que se pueda. A lo que se sepa. A lo que se quiera.
Y para eso está esta cosa de tallernautas para que ustedes que están al otro lado de la pantalla se junten y lean. Lean… o escriban.
Gatoborracho
Bienvenida a este espacio de lectura. Aquí Ud. encontrará aquello que no ha perdido nunca, y lo que jamás quiso recuperar. Las preguntas y las respuestas menos pensadas, serán aquí tratadas con esmero y dedicación, por nuestras agachadas artistas. Preguntas como, ¿Conoce Ud. la diferencia entre el bien y el mal? ¿Sabe Ud. si existe tal diferencia? Estas y muchas más serán tratadas con el rigor que se merecen.
Además no olvide, que la importancia de este sitio, y sus contenidos, es exactamente igual al valor que Ud. les otorga.
Recuerde que nuestras artistas escriben desde que aprendieron a hacerlo, recuerde también que si el agua sale fría, es porque se le acabó el gas (o la leña), que si su perro ya no ladra, posiblemente se fue, y que si siente necesidad de un cambio, quizá este es el sitio adecuado a sus necesidades jamás atendidas, esas inquietas cuestiones que le asaltan a mitad de la noche, pues están a punto de ser reconducidas por los senderos que jamás antes hemos imaginado, a pesar claro, de cualquier anuncio apresurado, o no, de un eterno recomienzo de todas las cosas.
Esperamos que nos acompañe con sus comentarios, dedicatorias, notas, y hasta esa pícara ocurrencia que acaba de surcar sus pómulos, dejándole una huella rosa, de inconfundible tenor placentero.
Norman Schultz
Estimado usuario, el número de doblevés que usted marcó, sí existe, está justo en el área de servicio, le sugerimos no dejarlo para más tarde. Queda estrictamente permitida la entrada con alimentos y/o animales, así como fumar, ingerir bebidas alcohólicas o consumir drogas y estupefacientes si así se desea. Siéntase en la libertad de tocar, hacer ruido, tomar fotos con flash o estacionarse en doble renglón, subir los codos a la mesa, bostezar, eructar, sacarse los mocos, jalarse los pelos, llorar en voz alta. Desabróchese el cinturón con seguridad y llévese las muestras gratis que le plazca (sin dejar propina). En este establecimiento no hay discriminación social, sexual, racial, crucial, nupcial, mental u otras, si usted es elemental, sea bienvenido, si es, en cambio, neandertal, ésta es su casa. Partiendo del amor o por lo menos la adicción a la literatura, partimos el pastel en infinitas rebanadas: tome una y pase las demás. Somos una asociación medio incivil, no lucrativa, que intenta algo, lo que sea, quizá un dibujo parecido a un cohete de pasta blanda que es lanzado al universo virtual sin coordenadas, viajamos sin un fin ni algún principio, viajamos porque nos gusta viajar. Los pasajeros con destino al nervio óptico del mundo, favor de pasar a abordar este autobús. Su comentario será transferido al buzón. Gracias.
Ximena de Tavira
Viajeros lúnicos, los tallernautas se reunieron por fin en una pequeña ciudad sin coordenadas. Con voluntad expresan y dan forma, colapsan y se organizan, gritan al espacio sideral y vuelcan los ecos a este refugio cálido. Aquí son y se multiplican.
Inventados, estos seres encontraron el nutrimento y la caricia que les ayuda a sobrevivir, mientras la búsqueda sigue costosa.
Caóticos los tallernautas se reúnen deciden discuten crean y comparten.
Aquí se presenta la bitácora de estos bichos, para el deleite cibernético y el aprendizaje compartido. La unión los impulsa en viaje galáctico y desde allí mandan sus desvelos en un código abierto a quien quiera intentar descifrarlo.
Genoveva Pignataro
A partir de hoy todos los días serán domingo. La caravana de payasos, en esta avenida virtual, anuncia el circo y todos corremos con júbilo, no es para menos, la tristeza, hace rato, ha sido la tónica cotidiana de los habitantes de este pueblo. Por eso, el circo, es una ventanita para ahogar las penas, el hastío y divertirnos un poco con este pequeño grupo de payasos que insiste en comunicarnos algo. Son payasos que juegan con las palabras. Hacen malabares para formar metáforas. Se colocan mascaras y protagonizan sus obras de teatro, con altavoces de figuras exóticas nos leen sus cuentos, así ellos y nosotros hilvanamos un hilo de luz para seguir soñando y alrededor de los sueños reinventarnos quizás, menos solos, menos tristes, menos grises…
Bienvenidos pues a este blog, un experimento de comunicación “post-modernista” de los y las integrantes de TALLERNAUTAS.
Nora Murillo
